Reynaldo Flores es presidente de la Asociación de Productores Sumaq Café Ecológico, una organización integrada por 48 caficultores que producen un café de especialidad entre los 1300 y 2000 msnm en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM).
Pese a las duras condiciones que afrontan los pobladores del Vraem— la cuenca cocalera más grande del Perú y con una geografía complicada en la que se oculta el último reducto terrorista del país— este café obtuvo 88.70 puntos en taza y se ubica entre los 10 mejores cafés a nivel nacional en el Concurso “Taza de Excelencia 2017”.

Dicho reconocimiento les permitió acceder a una subasta internacional en la que su café fue vendido a US$1,122.00 el quintal, es decir, los compradores pagaron en promedio S/78.00 por kilo. Además esta organización logró la medalla de bronce en el Concurso Internacional de Cafés Tostados al origen AVPA- París 2017, en la categoría Aromatique Acidulé en Francia.
La historia de éxito de Sumaq Café empezó a escribirse en el año 2012 luego de asociarse, con la finalidad de obtener mejores ganancias y llegar a mercados masivos. En el 2016 recibieron un cofinanciamiento por parte del Ministerio de Agricultura y Riego (MINAGRI), por S/604,436.00, a través del Programa de Compensaciones para la Competitividad – AGROIDEAS, para desarrollar un plan de negocio que aún está en ejecución. Esto les ha permitido ir mejorando su capacidad productiva pasando de generar 12 quintales por hectárea a producir 20.

En la actualidad, el café de Sumaq Café es exportado de manera indirecta a Alemania, a través de la empresa Negrisa SAC, pero la proyección de los socios para este año es consolidar la exportación directa. Sumaq Café o “Café bonito” se comercializa en tiendas y mercados de Lima y ha estado presente en la Feria Expo Café y Mistura 2017 con las tres presentaciones de su producto: Café para pasar, Café Express y tostado.
El MINAGRI incrementa la competitividad de los pequeños y medianos productores agrarios mediante el fomento de asociatividad, gestión empresarial y la adopción de tecnologías. Esto gracias al cofinanciamiento no reembolsable que busca aportar al desarrollo de la caficultura peruana.