Bicicoffee, el proyecto social que impulsa la calidad de los cafés de La Libertad

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El administrador de negocios Carlos Solís trabajó cuatro años en el sector público hasta que un día, viéndose atrapado entre la burocracia y la monotonía, se decidió a renunciar para dedicarse a un proyecto propio. Solo tenía claro que quería crear un emprendimiento en el que sus manos participaran. 

El azar estuvo a su favor: el día que recogió sus cosas de la oficina que abandonaba vio una revista que tenía en la portada la foto de un arte latte. En sus páginas conoció el término barista, encontró información sobre el primer campeonato de baristas realizado en el Perú y las distintas formas de preparar un café. Fue su primer acercamiento a lo que se convertiría años más tarde en el trabajo que le daría sentido a su vida. 

Con esta información decidió abrir una cafetería. Realizó el curso de barista en la desaparecida Escuela Peruana de Servicio y Sumillería, que recuerda con cariño por haber conocido allí a grandes amigos. Corría el año 2013 y el concepto food bike tenía popularidad.

«El azar estuvo a su favor: el día que recogió sus cosas de la oficina que abandonaba vio una revista que tenía en la portada la foto de un arte latte».

Incluso, en el mundo del café, habían iniciativas que se acoplaban a este concepto, como el del barista puertorriqueño Daniel Rivero, quien creó una bicicleta cafetera, que consiste en un cajón de madera implementado en la parte trasera del vehículo para la preparación del café. 

Carlos quedó encantado con esta idea y se inspiró en la simpleza de una bicicleta para desarrollar su propio modelo. Bautizó a su emprendimiento como Bicicoffee. En 2014 empezó con un periodo de prueba en el distrito de Lurín, donde se ubica su casa hasta la actualidad, y cuando ya estuvo preparado decidió buscar un espacio en Barranco y así llegó a La Feria.

Primer modelo de la bicicleta que usó BiciCoffee en el inicio de un proyecto que ya cumplió 7 años.

Han pasado siete años desde que Bicicoffee se instaló en este bazar barranquino, muchos baristas trabajaron en su barra y más de un cliente se convirtió en su amigo. Carlos, a pesar de ser un hombre de pocas palabras cae bien, produce confianza. Este espacio le ha permitido generar ingresos, crecer y mantener las ganas de seguir confiando en su emprendimiento. 

Aunque al inicio de su aventura cafetera perdió la estabilidad de un sueldo fijo y tuvo que sobrevivir con sus ahorros por dos años, hoy en día la estación en La Feria es el motor que mantiene toda la estructura de Bicicoffee en funcionamiento. “Si se acabara esto, es como si se apagara la música”, refiere Carlos. 

Aprendiz de tostador

En 2017, Carlos adquiere su máquina tostadora de café. Recuerda que siempre sintió interés por el tueste, sin embargo, tuvieron que pasar algunos años para que se decidiera a ser un tostador. La manipulación del gas y el fuego le hacían tener cautela, no hacerlo bien le generaba un temor que necesitaba superar. A pesar de tener amigos tostadores invitándolo a participar, prefirió observar por un tiempo. 

Tostaduría de BiciCoffee implementada por su fundador Carlos Solís.

Pero Bicicoffee seguía creciendo y llegó el momento de dar el paso. Recibió su máquina, armó el taller en una extensión de su casa y comenzó con una nueva etapa de su proyecto sin imaginar que ese momento era clave para lo que vendría años después.

Su aprendizaje tostando café fue autodidacta, pronto se descubrió investigando, traduciendo artículos del inglés al español, comprando libros, buscando profundizar y obtener toda la información posible sobre la labor de un tostador, algo que no le había sucedido cuando estudió su carrera. Aprendió de perfiles de tueste, temperaturas, influencias y más conceptos técnicos que lo prepararon para comenzar su faceta de experimentación.

«Su aprendizaje tostando café fue autodidacta, pronto se descubrió buscando obtener toda la información posible sobre la labor de un tostador».

En su primer año como tostador buscó tostar distintos orígenes enfocándose en mejorar la calidad de su trabajo. Le compraba el café a su amigo, el tostador Jorge Méndez, quien ya tenía experiencia trabajando con familias caficultoras.

Hasta ese momento no había podido visitar esos orígenes. Sin embargo, sí había podido viajar a algunas zonas cafetaleras conocidas como Santa Teresa, en Cusco, Villa Rica y Chanchamayo. Hasta ese momento la compra de su café era tercerizada y su filosofía era la calidad. 

Claudio Reyes, productor de café de Huaranchal / Foto: BiciCoffee

Su trabajo como tostador estaba enfocado en recibir cafés del origen, conocer la trazabilidad y tostarlos lo mejor posible para ofrecerlos al público. Y es aquí donde el azar vuelve a jugar a su favor. A finales del año 2017, conoce a Greins Gamboa, un estudiante de la escuela Team Barista, donde Carlos dictaba clases. Este alumno estaba interesado en comprar café de Huaranchal, un distrito de la provincia de Otuzco ubicado en la sierra de La Libertad. 

Conociendo Huaranchal

Para Carlos fue una novedad escuchar de esta zona tan poco conocida, que apenas produce el 1% del café nacional. En el año 2018 viaja a Huaranchal con Greins buscando despejarse un poco, respirar y quitarse la curiosidad de conocer esta zona recóndita. 

Al llegar a Huaranchal conoce a don Claudio Reyes, quien les mostró su realidad. El café se secaba en parva (suelo pedregoso), los cerezos seleccionados no eran todos rojos y utilizaba un mazo enorme de madera para trillar su café porque no era posible costear una máquina trilladora.

Ver la diferencia entre las zonas cafetaleras que ya había conocido y lo que vivía esta familia hizo que Carlos se planteé apostar por ellos, comprar su café y trabajar juntos para mejorar su calidad.

Emilio Ramos de Huaranchal y Reynaldo Guzmán de Usquil / Foto: BiciCoffee.

“Ese fue mi primer acercamiento a Huaranchal y me recuerda mucho a la frase de una canción de Jorge Drexler, llamada Movimiento, que dice: ‘buscábamos oxígeno, encontramos sueños’, yo literalmente buscaba simplemente despejarme de la ciudad y termine encontrando el lugar y la gente de mis sueños,” cuenta Carlos. 

Proyecto Otuzco, un café emotivo 

Tras este viaje, Carlos fundó el Proyecto Otuzco junto con Greins. El plan inicial fue un proyecto de campo que buscaba mejorar la calidad del café y las oportunidades para estas familias. Pero un día Carlos se dio cuenta que la estructura del proyecto convertía a Bicicoffee en una empresa social, que redistribuye sus ingresos de forma justa y entre los segmentos más necesitados de la cadena de valor, en este caso las familias caficultoras. 

Carlos recibe una ganancia que merece, pero también reinvierte en los viajes que hace para tener acercamiento con los caficultores con los que trabaja y continuar con las mejoras en herramientas que necesiten para el campo, en bolsas de almacenaje o para hacer alguna mejora en sus viviendas, como poner un techo o armar un baño. La empresa social no busca regalarles cosas si no empoderarlos, hacerlos merecedores de sus logros. 

«Carlos recibe una ganancia que merece, pero también reinvierte en los viajes que hace para tener acercamiento con los caficultores con los que trabaja».

Los avances han sido graduales. Le mostraron a los caficultores las mejoras en su producción con la cosecha selectiva y se enfocaron en los procesos de postcosecha, ampliando información sobre el proceso de secado, selección del café en verde y su correcto almacenamiento. Poco a poco y en conjunto, implementaron camas elevadas y compraron bolsas GrainPro

Para el año 2020 el Proyecto Otuzco obtuvo su primer resultado: la familia Reyes Horna pasó de tener un café de 75 a 82 puntos en la primera cata post cosecha. Carlos nos cuenta que, a pesar de haberlos capacitado, sin la voluntad de estas familias poniendo en práctica cada uno de los nuevos pasos, este avance no hubiese sido posible y fue esto lo que le motivó a que el proyecto continuará. 

Claudio Reyes y su propia trilladora de café / Foto: BiciCoffee

La familia Ramos García, también de Huaranchal, se sumó al proyecto y siguieron los mismos pasos, comenzaron con un café de 82 puntos y para el cierre de la campaña de cosecha del año 2021, ya alcanzaban los 85.75 puntos. El café de especialidad no es el fin absoluto, es un medio para lo fundamental: el bienestar económico, personal y social de las familias caficultoras, refiere Carlos.

Un momento clave para el establecimiento de los valores sociales de Bicicoffee fue cuando notaron que, aunque la familia Reyes Horna pasó a cosechar un café de especialidad de 85 puntos en cata y obtener 25 quintales vendidos a un precio justo, aún no tenía una máquina trilladora. Don Claudio Reyes trillaba 25 quintales de café con un mazo enorme de madera en un mortero improvisado. 

Fue entonces que Bicicoffee y la familia Reyes Horna financiaron la compra de la trilladora, la instalaron, aprendieron cómo usarla y pronto lograron acelerar su producción a tal nivel que decidieron destinar su café a las marcas que apuestan por el Proyecto Otuzco y dejaron de venderlo en su estación. 

“Yo no he contado esto a mis amigos administradores porque se que me van a criticar por invertir en una máquina que no fue barata y luego no comprar su café, no sería comprendido. Pero para mí, la calidad sin sensibilidad social es como una mesa sin pata, está cojeando, algo le falta”, nos dice Carlos.

Cafés de La Libertad que forman parte del Proyecto Otuzco / Foto: BiciCoffee

Recuerda que un día viendo el mapa de la provincia de Otuzco, en la parte de Huaranchal, brillaban dos pequeños puntos como distritos cafetaleros, Usquil y Charat. En ese momento anheló poder trabajar con familias de los tres distritos y así impulsar la caficultura de la sierra liberteña con un enfoque social. 

Un sueño hecho realidad

En 2021, en medio de la pandemia por la Covid-19, viajó a Usquil y conoció a don Reynaldo Guzmán, un pequeño agricultor que apenas produce 15 kg de café verde por campaña. En este distrito debieron reunir a una cantidad de familias con producciones igual de pequeñas para poder ofrecer el café al mercado, respetando la trazabilidad y aprendiendo que se tiene que ser sensible socialmente, abierto de mente y paciente para conseguir resultados. 

La meta a corto plazo es poder mandar a catar el café de Usquil y conocer numéricamente su avance, pero estas familias ya reciben un mejor pago por su café y han mejorado su calidad de vida.

«Entre Lima, Arequipa y Trujillo, Bicicoffee ha formado una comunidad cafetera de 10 emprendedores, cafeterías y marcas de café, apostando por el Proyecto Otuzco».

Gracias a Don Reynaldo, quien vende canastas de carrizo y recorre toda la sierra liberteña para ofrecerlas, consiguieron  contactar a Rosa Ortiz, una pequeña productora del distrito de Charat. Su café ya está en Lima, ha sido tostado y lo están ofreciendo en la barra de Bicicoffee. 

Actualmente, entre Lima, Arequipa y Trujillo, Bicicoffee ha conformado una comunidad cafetera de diez emprendedores, cafeterías y marcas, apostando por el Proyecto Otuzco. 

Las cafeterías Milenaria, en el distrito de Miraflores, y Don Guto, ubicada en Chorrillos, apuestan por el café del proyecto desde el 2019, cuando todavía no tenían los puntajes, granulometría, ni estándares de ahora. Creyeron en estas familias y acompañaron el crecimiento. Varios de estos emprendedores han viajado al origen y han sido acogidos con el mismo cariño con el que estas familias reciben a Carlos.

“Algunos ofrecen otros orígenes, pero para ellos el nuestro es su café estrella, su café más emotivo”, concluye Carlos, quien no se arrepiente de aquella decisión que tomó el 2013 y que le cambió la vida para siempre.

DATO CAFETERO

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3 comentarios

  • Carlos Solis

    Muchas gracias Sophia por reseñar con dedicación, vocación y objetividad las historia la tostaduría social y sus principales protagonistas: mis queridas familias caficultoras de Otuzco.

  • Sigfrido Hartmann

    Muy bien explicado y narrado este artículo por Sofia que ayuda a impulsar más el emprendimiento y conocer la realidad de los caficultores que no reciben apoyo del estado, felizmente existen personas que de alguna u otra manera los apoyan a mejorar sus vidas, felicitaciones !!!

  • Marisa Montani

    Nunca he tenido la oportunidad de ser ilustrada con tanta calidad y fina textura sobre un tema!! Este artículo me llevo de la mano a la historia misma, me cautivo, me envolvió en cada línea e hizo que amara el café y la narrativa de la periodista, gracias Sofía.

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