El café de variedad Robusta abarca apenas el 25% del total producido en el mundo (frente a la variedad arábica, mucho más difundida), y una gran parte se usa como insumo para bebidas gaseosas, suplementos deportivos y hasta en la industria farmacéutica. Es un café sembrado a menor altura y mayor temperatura, tiene una mejor resistencia a las plagas y, por ello, requiere de menores cuidados. Es originario de países de África occidental y central, como Etiopía, Angola, Liberia y Tanzania. Con el tiempo, su cultivo se extendió al sudeste asiático (Vietnam) y a las zonas tropicales de Sudamérica, principalmente Brasil.
En taza, el Robusta es un café intenso y cremoso, con un sabor amargo y terroso. Tiene un porcentaje de cafeína que oscila entre el 2,2% y el 2,7%, mucho más alto que el del Arábica, que fluctúa en promedio entre el 1,2% y el 1,5%. Suele ofrecer notas a bitter, cacao, caramelo y malta. Normalmente se ‘blendea’ con otras variedades para darle un equilibrio.
Robusta en Villa Rica
Eso fue precisamente lo que hizo Rupert Larrabure, fundador de Café Negro. En un viaje a Villa Rica, conoció el fundo Ave Fénix, ubicado sobre los 1,550 metros de altura, y se dio con una doble sorpresa. Encontró que allí producían café Robusta -es prácticamente imposible encontrar esta variedad en el Perú-, aunque en pequeñas cantidades, y que además lo procesaban con el cuidado y esmero de un café de especialidad. Rupert, como suele hacer, se dejó llevar por el instinto, y pensó en una edición limitada bajo la marca Café Negro.
Adquirió un lote, y comenzó entonces la segunda parte de la aventura. Durante tres meses fue probando distintas proporciones y ayudándose de paladares expertos hasta llegar al ‘blend’ ideal. Esta edición limitada es 20% Robusta y 80% Arábica, con perfil amaderado y cremoso, que alcanza notas de avellana y bitter. Es un café muy intenso, que puede resultar provechoso en espressos. Se comercializa en bolsas de 250g y 500g.
Este café tiene, además, un doble propósito. El 20% de las ganancias por la venta será donada a Proyecto Callejero, un albergue ubicado en Huarochirí donde 47 perros y 23 gatos son cuidados mientras se busca reinsertarlos en sus nuevos hogares. Esta iniciativa tiene un significado especial para Rupert, quien adoptó meses atrás a una bulldog francés llamada, precisamente, Robusta.
DATO CAFETERO
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1 comentario
Gino
Quiero uno