Omar Moreno Leveau es El Cafeteador, un apasionado del café peruano que viaja por el país, promoviendo el consumo de esta bebida. Su principal herramienta de difusión es su página en Facebook donde tiene, a la fecha, más de 5,600 seguidores que siguen las travesías de este joven de 26 años por las regiones cafeteras, en busca de las historias de vida de los productores, marcas de café y cafeterías de especialidad.
Estudió Administración de Negocios Internacionales y actualmente es asesor comercial en Sierra Exportadora, un programa del gobierno adscrito al Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) que busca mercados en el exterior para la producción agrícola. Entre sus funciones está la realización de ferias agrícolas y comerciales en diversos puntos del país. Tras cumplir con esta labor, Omar deja el traje de funcionario público y se convierte en El Cafeteador. El origen de este personaje se remonta al 2012, año en el que ingresa a trabajar a Sierra Exportadora.
En sus primeros viajes por esta entidad asistió a un evento sobre café y cacao en la Selva Central, donde conoció a varios productores y empezó a entender la importancia de su labor en el campo así como la problemática económica y social que afrontan la mayoría debido a los bajos precios del café y los altos costos de producción.
También le llamó la atención que muchos caficultores tomaran café soluble, puesto que destinan toda su producción a la exportación. Empezó a aconsejarles que consuman lo que producen, ya que esto alienta el consumo desde las propias zonas cafetaleras. Así llegó el 2016.
El peruano Cafetea
Ya empapado de la necesidad de crear una cultura cafetalera y de promover el consumo interno, le propuso a Juan Carlos La Torre, jefe del Programa Nacional de Innovación e Industria de Cacao de Sierra Exportadora, trabajar ambos aspectos desde la institución. Ese año se lanzó la campaña “El Peruano Cafetea” para fomentar el consumo interno de café desde el Estado como han hecho Colombia, Brasil y México. Consistía en llevar a los productores a realizar degustaciones a diversas empresas e instituciones con el fin de impulsar el consumo interno.
La gente lo empezó a llamar Cafetero, pero él prefería que le dijeran Cafeteador. “Me gustó como sonaba y el nombre fue quedando”, cuenta. En junio del 2017 se animó a desarrollar el personaje de El Cafeteador, un apasionado del café en redes sociales que es amigo de los productores y los da a conocer a sus seguidores. “Mi objetivo era hacer bulla en redes sociales para ir contagiando la idea del consumo de café peruano a más personas y para eso hablo con los productores y bebo su café en transmisiones en vivo. También hago memes sobre el café y sorteos”, explica.
El Cafeteador es una iniciativa personal. Al culminar su labor en el desarrollo de ferias, Omar aprovecha para visitar a productores de café, baristas o tostadores de la zona en la que le toque trabajar. “Los productores son héroes del campo, hacen un trabajo espectacular, pero, lamentablemente, este esfuerzo aún no es valorado, pero ya veo que el chip del peruano está cambiando poco a poco, lo veo en las redes sociales y en el surgimiento de más baristas y más cafeterías”, afirma. Por su trabajo ha viajado por casi todo el país, solo le falta conocer Madre de Dios.
También aprovecha los fines de semana para viajar con Antonella, su novia, a alguna zona cafetalera cercana. “Los viernes por la noche viajamos a Villa Rica, Huancayo o Huánuco y nos dedicamos a El Cafeteador los sábados. Retornamos los domingos por las noches para llegar a Lima al día siguiente, bien temprano”, refiere.
Además del café, El Cafeteador promueve viajar y conocer nuevas costumbres. “Cuando viajo invito a conocer las comidas de cada zona y a esa idea le sumo el café porque tenemos un cafezaso y es absurdo no probarlo”, sostiene.
Gracias a la labor que realiza, Omar ha perdido la cuenta de cuántos cafés peruanos ha probado. Pero hacer números no es tan difícil en su caso puesto que conserva las etiquetas de los cafés que ha consumido. “En mi casa me dicen cachivachero, pero no me importa porque yo sé que algún día me van a servir esas etiquetas, tengo bolsones de marcas de todo el Perú porque tengo hermanos en todos lados”, explica. Para él, cada productor es más que eso, es un hermano al que hay que echar una mano, por su bienestar y el de todo el país.
Fotos: Jaime Cordero