Tiesto y Kaphiy: dos apuestas por el café molido de calidad

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Ricardo León|11 diciembre, 2021

“El café es tu aliado”, dijo alguna vez Honoré de Balzac. El célebre escritor francés resumía en esa frase aquel vínculo que, en su caso, se iniciaba cada mañana con la primera taza del día, en aquel momento en que “sobreviene una conmoción general”. Esa relación que tenemos con el café empieza, por supuesto, desde el momento en que lo elegimos.

Carmen Carrasco es presidenta de la Asociación de Productoras Agropecuarias Café, Mujer y Familia, y además propietaria de la tienda Warmi, ubicada en Jaén, ciudad que se consolida como un importante punto de encuentro de los caficultores y cafeteros del país. Allí, al comercializar seis marcas de café producido por mujeres, ha podido percibir y analizar un fenómeno interesante sobre el mercado de consumo local.

Carmen cuenta que casi el 90% de sus ventas son de café en molido. “Es por un tema de practicidad, y porque además no todos tienen el tiempo de moler café en casa, o de moler justo la cantidad que utilizarán”, explica. Lo curioso es que muchos de sus clientes regresan después a buscar empaques de las mismas marcas que ya probaron, pero ya lo piden en grano entero. “Y se animan a ir probando en diversos métodos”, dice.

En sus anaqueles está por ejemplo la marca Tiesto Roasted Coffee, de Tabaconas, en la provincia cajamarquina de San Ignacio. Fernanda Tocto cuenta que le puso ese nombre a su emprendimiento como un homenaje a su abuela, quien tostaba café en los tradicionales tiestos, utensilios de barro calentados a leña, muy utilizados antiguamente en las zonas rurales.

El café Tiesto, de variedad caturra, bourbon y typica, se produce ligeramente por debajo de los 2 mil metros sobre el nivel del mar. Fernanda produce su propio café, pero además acopia los mejores cerezos de varias mujeres con quienes se ha asociado, para secarlo, tostarlo y, en su mayoría, molerlo.

En la tienda Warmi también podemos encontrar la marca Kaphiy, también en su presentación de café en grano molido. Este es un emprendimiento reciente, a cargo de Edward Larreategui. Es un café bourbon, de acidez cítrica, con notas a frutas y chocolate, producido a 1,750 metros de altura. Cuenta Edward que, además de envasar café en grano, también lo muele antes de empaquetarlo para así ampliar el rango de consumidores y poco a poco ir ganándose un lugar en este competitivo mercado.

Carmen Carrasco, experta en la materia, asegura que “el secreto es un buen envase”. Este debe ser laminado y con un cierre o doblez que conserve los aromas e impida el contacto del café con el oxígeno. El objetivo final es que siempre sea un buen aliado.