Urban coffice: café y coworking

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Gino Escate, socio fundador de Urban Coffice, empezó a tomar café desde niño. Tenemos algo en común: no nos gustaba la leche (ni ahora) cuando éramos pequeños así que nuestras madres nos daban café. Gracias a ello aprendió a amar esta bebida desde la infancia y hoy, por su agitado ritmo de vida, parece estar provisto de café a tiempo completo. Es ingeniero industrial, padre de una niña de cuatro años, autor del blog Papá de G en el que escribe sobre paternidad y, desde hace seis meses, administra Urban Coffice, el primer coworking y cafetería de Lima.

Ana Vera es la otra socia fundadora de este local ubicado en la cuadra 5 de la avenida La Paz, en Miraflores. Es economista y amante de las montañas. Ella y Gino se hicieron amigos participando en carreras y triatlones. «Cuando corríamos siempre nos animábamos mutuamente hasta llegar a la meta». Ese apoyo mutuo hoy está plasmado en frases motivadoras en la cafetería que se ubica en la primera planta, recorre las escaleras y llegan hasta el segundo nivel donde se encuentran los ambientes de trabajo. Hay un espacio comunal para fomentar el networking, módulos para laptops para los que necesitan trabajar de manera individual, un área lúdica y sala de reuniones, entre otros ambientes.

Se puede acceder al segundo piso por S/20 la hora, lo que incluye un espacio de trabajo y consumo ilimitado de café y snacks, postres, frutas e infusiones. Dos horas por S/40 y tres horas por S/60 horas. Pasadas las tres horas uno puede quedarse, por la misma tarifa, el resto del día. Además, hay tarifas semanales y mensuales.

A diferencia de otros coworkings con más tiempo en el mercado, Urban Coffice no exige tomar tarifas mensuales. «Somos un emprendimiento que busca crecer junto a otros emprendedores nuevos, por lo que nuestras tarifas son flexibles», explica Gino respecto a su propuesta. También les interesa promover las interacciones entre sus clientes y fomentar sinergias. «Es un concepto que entienden perfectamente los clientes extranjeros, quienes llegan a trabajar y apoyan a otros que conocen aquí; a los peruanos nos cuesta más, pero creo que la idea del trabajo colaborativo irá creciendo de a pocos», señala.

Pero volvamos al primer piso. La cafetería trabaja con la marca Artidoro Rodríguez y su carta de complementos tiene postres artesanales, galletas caseras, sándwiches y capreses. Aunque inicialmente estaba enfocada en atender a los clientes del coworking, en poco tiempo debió abrir sus puertas al público ya que no eran pocos los que querían entrar a tomar un buen café. Urban Coffice entonces cobró vida propia.

EL DATO CAFETERO

Urban Coffice

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